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martes, 3 de junio de 2014

Vitruvio

Marco Vitruvio Polión (Siglo I a.C.) Arquitecto romano, autor del tratado “De Architectura”, dividido en diez libros y compuesto probablemente hacia el 27 a. de C., es el único tratado orgánico de su género que nos ha llegado del mundo clásico. El texto, tiene el carácter de manual de resumen y divulgación, y refleja los procedimientos de la arquitectura romana durante el último siglo de la república.

El tratado fue redescubierto hacia el 1412-1414 y desde entonces supuso una guía para los autores del renacimiento, pero de eso hablaremos en el capítulo correspondiente.

Según el autor, la arquitectura descansa en tres principios: la Belleza (Venustas), la Firmeza (Firmitas) y la Utilidad (Utilitas) que es la base de la utilización y/o función de la arquitectura. La arquitectura se puede definir, entonces, como un equilibrio entre estos tres elementos, sin sobrepasar ninguno a los otros.

Vitruvio en su concepción de la ciudad ideal agrega una nueva dimensión a la arquitectura que corresponde a las condiciones meteorológicas del lugar geográfico en el cual se emplaza la ciudad. Ésta debe defenderse de los vientos predominantes, e identifica cuatro vientos, los cuales define como:

o   SOLANO AL ESTE
o   AUSTER AL SUR
o   FAVONIUS AL OESTE
o   SEPTENTRIO AL NORTE

Y ahora veamos lo que dice en su ilustre obra:

En el Capítulo IV del Libro Primero: “De la elección de los parajes sanos”, el autor nos habla del emplazamiento ideal para una ciudad, en un lugar elevado, de clima templado, lejos de zonas insalubres e incluso del mar por considerar el autor que los cambios de temperatura y los vientos son perjudiciales para los habitantes.

Resulta curiosa la técnica empleada para decidir la idoneidad de una zona, sacrificando animales y observando sus vísceras, que les proporcionaban información sobre la calidad del aire y del agua, así como posibles elementos contaminantes.

En el Capítulo V del Libro Primero: “De la construcción de los muros y torres”, se habla de la forma que debe tener la ciudad, hay que tener en cuenta que se habla de ciudades fortificadas y que por tanto prima el carácter defensivo en su forma.

“Las ciudades no deben ser cuadradas, ni de ángulos agudos, sino a la redonda, para que el enemigo pueda ser descubierto de muchas partes.”

Las torres estarán por fuera de los muros, de forma circular o poligonal y separadas entre sí una distancia inferior a un tiro de flecha, con el objetivo de defenderlas mejor. En el exterior del muro se harán fosos y terraplenes según la topografía para impedir el asalto con máquinas de guerra.

En el Capítulo VI del Libro Primero: “De la recta distribución y situación de los edificios de muros adentro”, aconseja trazar las calles de manera que queden protegidas de los 8 vientos dominantes. Aparte de los cuatro vientos ya descritos tenemos otros cuatro: entre Solano y Austro el Euro, entre Austro y Favonio el Africano, entre Favonio y Septentrio el Cauro (o Coro), y entre Septentrio y Solano el Aquilón.


Imagen 1. Rosa de los 24 vientos según Vitruvio (Fuente: “De Architectura” traducción de D. Joseph Ortíz y Sanz, 1787)

Se orientan las calles maestras entre cada dos vientos de modo que se evite que éstos circulen libremente por ellas, y se colocan las torres de los muros de tal manera que rompan los vientos y los disipen.

En este capítulo el autor explica detalladamente cómo orientar las calles en función del sol mediante un gnomon (objeto alargado que proyecta sombra sobre una escala graduada) colocado en el centro de la ciudad.

 


Imagen 2. Planta de una ciudad resguardada de los vientos según Vitruvio (Fuente: “De Architectura” traducción de D. Joseph Ortíz y Sanz, 1787)

Por último en el Capítulo VII del Libro Primero: “De la elección de áreas para los lugares del uso común de la ciudad”, en la que se ubican los templos sagrados, el foro y demás lugares públicos de la siguiente manera:


Si la ciudad está en la costa, el foro se ubicará en el puerto, si no  en el centro de la ciudad. Los templos para los dioses titulares de la ciudad se ubicarán en el sitio más elevado. A Mercurio en el foro o en el mercado, a Apolo junto al teatro. A Hércules junto al gimnasio o anfiteatro, o en caso de no existir éstos, junto al circo. A Marte fuera de la ciudad y a Venus junto a las puertas.

Podemos ver cómo Vitruvio le da gran importancia al clima y a las condiciones de salubridad del emplazamiento de la ciudad ideal, y es que para él la seguridad y la salud de los ciudadanos es primordial y en ello basa sus ideas.